
Muy buenas...
Hará un par de días que me enteré de la existencia de la web del programa "Redes" de Eduardo Punset http://www.redes.tve.es/ y pude visualizar el último episodio emitido de la serie que trataba sobre el cerebro.
Resulta que propone que lejos de ser un instrumento especialmente diseñado para algo en concreto, el cerebro es en realidad un "apaño", por así llamarlo, que hace ciertas funciones para las que no fue originariamente "programado".
En realidad no se puede decir que el cerebro se haya "programado" de alguna forma, esto solo lo podemos hacer los humanos con nuestros ordenadores, sino que en la naturaleza se suele dar el reciclaje o la reutilización de ciertos órganos para funciones que quizás no tienen nada que ver con las funciones que desempeñaba en un principio. Pensemos por ejemplo en nuestro apéndice. Si bien algunas personas afirman que tiene ciertas funciones y que no es inútil del todo, lo cierto es que el apéndice es un vestigio de un sistema digestivo complejo que usaban nuestros ancestros para alojar comunidades bacterianas que ayudasen en la digestión de los vegetales. Es decir, quizás se puede reutilizar el apéndice para que haga algunas otras pequeñas funciones.
En otro programa de la misma serie de Redes se indica que nuestra columna vertebral no es la estructura más adecuada para sostener un organismo en una posición vertical, la columna vertebral es más eficiente como una especie de "puente colgante", y la mejor prueba de ello la encontramos quizás en los enormes dinosaurios saurópodos algunos de ellos capaces de sobrepasar las 80 toneladas de peso.
De este modo llegamos a la conclusión de que la naturaleza "hace lo que puede con lo que tiene" y que lo más eficiente, con el material de que se dispone, es reutilizar ciertas partes del cuerpo para hacer ciertas funciones.
Respecto al cerebro humano, tenemos un órgano que hace funciones muy complejas, como tener una memoria, ejecutar razonamientos, etc. Sin embargo no parece que el sistema de memoria del cerebro humano sea el más indicado para alojar recuerdos. Otro ejemplo que aparece en el programa atañe al lenguaje y a nuestra capacidad de toma de decisiones. El lenguaje puede llegar a ser altamente ineficiente hasta el punto de que muchas veces es necesario ayudarse con gestos corporales para entender correctamente el mensaje que se pretende transmitir. Respecto al tema de la toma de decisiones sucede que en ocasiones tomamos decisiones pero no recordamos porqué nos decantamos por unas opciones en lugar de otras.
Todas estas cosas parecen indicar que realmente el cerebro está ejecutando funciones para las que no ha sido eficientemente preparado.
Como programador me doy cuenta de que un sistema de memoria como el sistema de almacenamiento de los ordenadores es mucho más eficiente. No solo más eficiente sino simplemente más eficaz, ya que si tuvieramos un sistema parecido no se nos olvidarían ciertas cosas por ejemplo dónde he aparcado el coche o dónde he dejado las llaves.
Y aquí es donde entro de lleno en el tema del diseñador. Un diseñador inteligente que se propusiese crear un organismo eficiente recordando cosas no habría creado un sistema como el cerebro, sino más bien, un sistema más parecido al de los ordenadores. Si bien es cierto que uno se puede plantear que si tengo que construir un sistema de memoria partiendo de un sistema creado para otra cosa el tema ya es un poco más complicado, pero le lleva a uno plantearse, que quizás el ser humano no es el fín último de la creación de un ente inteligente superior, ya que si fuese el fín último no daría un rodeo tan grande. Si yo quiero crear algo, llamémoslo A, no construyo primero otra cosa B para intentar readaptarla para que se parezca lo más posible a A, sino que me pongo directamente a crear A. Si como programador pretendo construir una inteligencia artificial que tenga consciencia, no construyo primero una pseudointeligencia primitiva que se centre en buscar alimento para luego modificarla con el mismo material para que tenga conciencia, sino que programo desde cero una inteligencia artificial autoconsciente.
Si existiese un dios o una divinidad cuyo objetivo fuese la creación de un ser humano, no hubiese dado tantos rodeos a lo largo de millones de años hasta que, por una fortuna rocambolesca, apareciese el ser humano. O bien no existe tal entidad, o bien el ser humano no es su fin último.
Ahí queda eso.
Saludillos.